El Corazón Más Hermoso
por Flipper





Un día, un joven muchacho se paró en el parque central del pueblo, proclamando a todos que él tenía el corazón más hermoso de toda la región. De inmediato, se hizo una multitud en torno suyo y todos lo admiraron y alabaron, pues era hermoso y perfecto; no se le veía marca o defecto alguno, y todos estuvieron de acuerdo en que sin duda era el corazón más hermoso que hubiesen visto jamás. El muchacho se sentía orgulloso y animado por los elogios, sonreía y lo presumía aún más.



De repente, aparece un hombre frente a la multitud quien dice "¡Oye! ¿sabes qué? tu corazón no es tan hermoso como el mío", y se abre la camisa para mostrarlo.

Todos se voltearon a verlo: su corazón era grande y latía con fuerza, pero estaba lleno de cicatrices; incluso, habían sitios en él donde le faltaban partes y en otros más habían partes añadidas, pero éstas no estaban bien colocadas y tenían salientes con bordes irregulares. Incluso habían huecos profundos donde faltaban partes muy grandes, todo lo cual daba un aspecto un tanto grotesco a quien lo viera.



La gente empezó a murmurar: "¿cómo es posible que este hombre diga que tiene el corazón más hermoso? ¡Miren cómo está de feo y acabado, igual que su dueño!".

El muchacho por su parte, se rió y dijo "No hay comparación posible: el mío está joven, limpio y perfecto, mientras que el tuyo es un viejo montón de agujeros y cicatrices, ¡ja ja!".

"Así es;" dijo el hombre, "el tuyo es limpio y perfecto, pero jamás cambiaría el mío por otro. Cada cicatríz aquí, representa una persona amada por mí y a quien gustosamente le dí un pedazo. A veces, esa persona también se quitó una parte del suyo, quedando colocada en un lugar vacío del mío. Pero como no siempre son iguales, tengo algunos bordes salientes; pero yo los quiero y atesoro todos, porque me recuerdan el amor que alguna vez compartí con alguien."

"Muchas veces," continuó diciendo el hombre, "yo dí partes de mi corazón, pero la otra persona nunca me dio ni un pedacito del suyo, y ésos son los huecos que ves. Dar amor es algo que tiene sus riesgos, y aunque esos huecos me duelen mucho, siguen abiertos y me recuerdan el amor que aún siento por esas personas ingratas. Sólo tengo la esperanza de que algún día pueda verlas y regresen -aunque sea por un momento-, para que llenen esos espacios vacíos que las esperan."
"¿Puedes ver ahora la verdadera belleza de un corazón?"



El muchacho dejó de reír, y guardó silencio; unas pequeñas lágrimas asomaron por sus ojos y empezaron a correr por sus mejillas. Luego se encaminó hacia donde estaba el hombre, hurgó en su perfecto, limpio y joven corazón y se arrancó un pedazo, ofreciéndolo al hombre con manos temblorosas.



Sonriendo amistosamente, el hombre aceptó su ofrenda y la colocó en su corazón. De la misma manera, tomó un pedazo de su viejo y trasteado órgano y la colocó en la herida reciente del jóven. Quedó en su lugar, aunque no de manera perfecta, y se formaron algunos bordes irregulares.

El joven miró con detenimiento su propio corazón; éste ya no era perfecto y limpio, pero lucía más hermoso que nunca antes, porque el amor de una persona había fluído dentro de él. Se dieron un abrazo profundo y se alejaron juntos. Con indiferencia, la multitud se dispersó enseguida.


Posiblemente yo no tenga el mejor y más hermoso corazón que exista, pero hago mi mejor esfuerzo por dar mi amor a todo aquel que lo necesita. Amo a mis amigos y los amo a todos. Quizás esto te invite a pensar cuán hermosos podemos ser, con todo el amor que cada uno de nosotros podamos dar y compartir con los demás..


Flipper

©2003 Flipper

(contribución original en Inglés, y traducción por Ramón Rebollo)

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