Para establecer la conexión humana
en una relación de amor.


Por Adolfo Vasconcelos Martínez




·         Dime a menudo que me amas mediante tu charla, tus actos y tus gestos. No supongas que yo lo sé. Quizá yo muestre signos de incomodidad o incluso lo niegue, pero no me creas; házlo de todas maneras.



·         Felicítame frecuentemente por mis trabajos bien desempeñados; y cuando (te) falle, no me desacredites. Al contrario, dame seguridad. No tomes muchas cosas que yo haga por tí, como algo que crees que debo hacer. Mis esfuerzos invertidos junto con tu agradecimiento, darán por resultado la seguridad de que yo las repita con ánimo y gusto.



·         Házme saber cuando te sientas deprimido, solo o incomprendido. Yo seré más fuerte al saber que tengo el poder de consolarte. Los sentimientos, si no se expresan, pueden ser destructivos. Piensa que, aún cuando te quiero tanto, no soy capaz de leer tu mente.



·         Exprésame tus sentimientos y pensamientos jubilosos, pues ellos le darán vitalidad a nuestra relación. ¡Es hermoso poder festejar los no-cumpleaños, los días de San Valentín personales, darnos regalos de amor sin razón alguna, y escucharte cuando expresas verbalmente tu felicidad!



·         Respóndeme bien cuando te hable. Cuando lo haces con afecto y delicadeza me siento tan especial, que ello compensa a todas esas personas que durante el día pasaron junto a mí sin hablarme.



·         No invalides mi persona diciendo que lo que veo, siento u oigo es insignificante o que no existe. Si yo lo veo y lo siento, se trata de mi experiencia y por lo tanto ¡para mí es importante y real!



·         Escúchame sin prejuzgarme o sin ideas preconcebidas. Ser escuchado(a) o ser visto(a) es algo vital para mí. Si en verdad me ves y me escuchas tal como yo soy en el momento, me ayudarás a afirmar mi ser a medida que mutuamente nos ayudamos a cambiar.



·         Tócame, sosténme en tus brazos, acaríciame y abrázame. Mi Yo físico se revitaliza, gracias a la entrega de tu amor no-verbal.



·         Respeta mis silencios. Casi siempre puedo hallar las alternativas para mis problemas, mis necesidades y mi creatividad, en los momentos de quietud.



·         Dí a las demás personas cuánto me quieres. La afirmación en público de nuestro amor me hace sentir especial y me llena de orgullo. ¡Es tan lindo compartir con los demás la alegría de nuestra relación!



 


 

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